Argentina en general y nuestra bendita ciudad en particular ranquean muy bien a la hora de tomar café. Tal vez por una suerte de penetración cultural bifronte nos acercamos a un consumo que no nos es para nada autóctono. Ya sea porque nos sentimos parisinos bebiendo nuestros pocillos en las infaltables mesitas de la calle o, más cercano en el tiempo, neoyorquinos llevando esos espantosos vasos para bebe del take away, el caso es que los bares de la Reina del Plata nunca andan despoblados.
Dado que tomar mucho o bastante no significa en absoluto tomar bien, de hace no mucho tiempo a esta parte hemos visto florecer propuestas cada vez más sofisticadas y con jugadores cada vez más conscientes del café y sus circunstancias.
Una de esas personas en sin dudas Analía Alvarez, responsable del Centro de Estudios del Café y de su pata comercial, Coffe Town. Ella fue la anfitriona de la visita de Marisa Helena Sousa, una brasileña dueña de Facenda Capoeira, productora de café de especialidad de Minas Gerais, que vino al país como miembro de la International Women’s Coffe Alliance. Que, como su nombre lo indica, se dedica a nuclear y potenciar a las mujeres dentro de la industria del café. «El consumo de café, si puedo hablar de mi propia experiencia, es un fenómeno en continua expansión. -dice Sousa- Tenemos un importantísimo nivel de consumo en Brasil (somos segundos a nivel mundial) que comienza a virar hacia más allá de nuestras casas. Este salir a tomar café en otros ámbitos hace que al consumidor se le pueda mostrar algo de la cultura de este producto. Contarle la historia de cómo ha llegado ese café a su taza. Y esa es una historia donde la mujer ha tenido un rol fundamental. Aunque claramente es un negocio masculino, el punto es que en mi país las mujeres son el 10% de la totalidad de los agronegocios entre los que se incluye el café. Las mujeres están dándole una nueva mirada al campo. Nuestra asociación tiene un rol activo capacitando a aquellas que se suman a la labor de producción de café. Mediante esas mujeres se está gestando un cambio en la concepción de ese trabajo, de la relación entre sus diferentes protagonistas y de la propia relación con el entorno al buscar siempre alternativas sustentables. Brasil es el país con las leyes ambientales más duras a ese respecto y también al cuidado de su elemento humano. Al punto que podemos decir que la totalidad de sus trabajadores, por ejemplo, gozan de cobertura social. Creemos que una mujer fortalecida fortalece todo a su alrededor. Compartimos las Metas del Milenio de la ONU, entre las que se destaca el empoderamiento de la mujer. Porque las mujeres empoderadas tiene hijos más educados, familias más prósperas y generan un mejor ambiente de negocios. Dentro del mundo del café la mujer ha tenido un enorme crecimiento. Y esa mirada femenina se refleja en una mejor calidad merced a un mayor cuidado en cada una de las instancias en que esa mujer participa. Les damos un espacio como protagonistas de su negocio, que sea grande o chico no importa. Dentro de la alianza a la que pertenecemos existe el objetivo de fortalecer el rol de la mujer dentro de la cadena productiva del café y conseguir un puente entre esas mujeres que lo producen y las mujeres que lo consumen. Porque esas consumidoras tiene un papel muy importante en la vida de las mujeres que producen café dado que, al beberlo, están valorizándolas y ayudándolas a tener una vida mejor«.