La vida te da sorpresas como dice la canción. De eso, soy de la opinión de que hay bastante para todos. Pero cuando se trata de segundas oportunidades ahí la mano no suele venir tan generosa. Sin embargo el insigne winemaker Roberto de la Mota puede decir que él sí pudo volver a ver la sonrisa de la Diosa Fortuna. Hijo del máximo referente de la enología vernácula, Don Raúl de la Mota, en 2007 sufrió un grave accidente automovilístico del que aún se sorprende de cómo logró sobrevivir.
A él que, como le gusta decir, había nacido en una bodega, siguiendo los pasos de su padre mucho antes de emprender los estudios formales de la profesión, ese hecho terrible pudo haberlo privado de vivir la experiencia con su propio hijo. Por eso, cuando sintió que la vida volvía a darle la oportunidad de compartir esa pasión con su hijo Rodrigo , pasándole la antorcha a la próxima generación, el nombre que habrían de llevar los frutos de ese sueño parecía cantado. Así nació la línea Revancha, un verdadero proyecto de padre e hijo, que Roberto presentó junto a las nuevas añadas de los vinos de Bodegas Mendel, también de su autoría.
La cita fue en el Duhau Restaurante y Vinoteca. Alli pudimos hacer un tour por las más recientes producciones de ambos emprendimientos. Arrancando la recepción con el Mendel Semillón, un blanco con buena mineralidad, flores blancas y toques cítricos tan fresco como elegante.
Ya puestos en tema fue el turno de los tintos. El Mendel Malbec 2013 pleno de cerezas negras pero con un contrapunto floral de violetas. Este le dió paso a un Cabernet Sauvignon de Perdriel y a renglón seguido el tan célebre como celebrado Unus 2012, un blend de Malbec, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot. Concluyendo el apartado Mendel, una Edición 2011 del Finca Remota, el majestuoso Malbec de Altamira.
En los Revancha, además del porqué del nombre, se ve una iconografía lúdica que directamente está representada por piezas de ajedrez a cuyos cuerpos le da forma un texto muy inspirado, el verdadero manifiesto de la marca. Se los reservo para que lo descubran cuando tengan la botella en sus manos.
El Revancha está representado por un peón, un Malbec astringente con un leve toque de Cabernet Franc. Luego le sigue una torre, La Primera Revancha. Y, cerrando la presentación y la línea, La Gran Revancha, un blend de Malbec y Cabernet Sauvignon condimentado con sendos 5% de Cabernet Franc y Petit Verdot, respectivamente, bajo la efigie de un Rey. Como no podía ser de otra manera.