El mundo en la muñeca

Ya el año pasado Greubel Forsey había deslumbrado a la afición relojera con un magnífico tour de force sobre su ya dislocador de mandíbulas GMT Quádruple Tourbillon. Y hace apenas una década que este atelier atendido por sus dueños había multiplicado por cuatro los sueños más locos de Abraham-Louis Breguet. El mítico watchmaker que, allá por 1801, inventase el tourbillon, un mecanismo que alberga al completo el órgano regulador del reloj dentro de una suerte de jaula que gira sobre su eje para compensar los efectos de la gravedad en el calibre. Si  ya no fuese una proeza mayor siquiera construir un tourbillon ni que decir de dos, autocontinentes y que trabajen pareados.

 

Claramente ni Stephen Forsey ni Robert Greubel son gente de andarse con chiquitas y ya, en la temporada pasada, habían presentado una primera edición de este guardatiempos revolucionario que ahora llega en una versión más deportiva. Bueno, en la forma en que la manufactura puede entender el concepto. Más allá de cualquier diferencia conceptual hay muy buenas razones tanto estéticas como ergonómicas para celebrar esta verdadera «rapsodia en blue«.

 

Por empezar siendo una pieza tan disruptiva y ciertamente tridimensional, el hecho de que la nueva caja venga en titanio en vez de oro blanco la vuelve tres veces más ligera, algo que siempre se agradece en una caja con buen grosor (utiliza una arquitectura por niveles en el calibre) y rotundos 46.5 mm de diámetro. Otro rasgo novedoso es la incorporación de una malla de caucho. El azul de la misma campea también en el sistema horario principal que se ve entre la una y las dos, e incluso se vuelva a repetir en el indicador de reserva de marcha de 72 hs, integrado a las 7,  del dial mayor. Como buen GMT que es esta pieza increíble posee dos mecanismos para mostrar el segundo huso horario. Primero un subdial a las 4 (que además contiene los segundos pequeños), en eje con el pulsador que los activa y en bella oposición un globo terráqueo de buen tamaño que gira en 24 hs emulando al planeta en el que medra. Sobre su ecuador se destacan las 24 hs con diferencias día/noche más una exclusiva ventana de zafiro en el lateral de la caja que deja ver el hemisferio sur. Cual estrellas, las dos parejas de torbillons giran en cenit y nadir completando un hipnótico ballet cósmico.