Balance de blancos

Pocas bodegas han dado tanta preeminencia a su área de Investigación y Desarrollo como la de los Zuccardi. Y menos aún han ofrecido tanto acceso a ese proceso a la prensa especializada. A lo largo de los años hemos sido testigos de sus búsquedas, con aciertos y errores y también pudimos ver cómo lo que allí se descubría luego era aplicado a la «vida real» de la misma, por así decirlo. Esto volvió a quedar de manifiesto en la última presentación de las nuevas añadas de blancos del extremo superior de su portfolio. La cita fue en Ultramarinos y contó con el trío de responsables de su enología con Sebastián Zuccardi a la cabeza.

«Nuestro compromiso por una apuesta cada vez mayor con los blancos responde a una búsqueda centrada en comenzar a mirar los lugares de otra manera. – arranca SebastiánDesde siempre intentamos reflejar terruño con nuestros vinos y esto no fue diferente con los blancos. Fuimos encontrando una serie de notas calcáreas que nos hizo pensar en que quizás no debíamos construir basados pura y exclusivamente en la acidez. Y siempre con el norte puesto en tratar de reflejar con la mayor transparencia y pureza posible nuestra interpretación de esas condiciones

«Precisamente esa intención de comprender en profundidad comenzó en 2013 en San Pablo – toma la posta Laura Principiano, gerente de enología de la bodega – con una serie de calicatas al azar y así nos dimos cuenta de que el terreno variaba mucho de una zona a otra, con algunas acumulaciones de piedras muy grandes. También estábamos muy cerca de la montaña, apenas a 700 metros de la cordillera con una altura sobre el nivel del mar de 1400 metros algo que era equivalente a mucho frio

Ahora es Martín Di Stefano, Ingeniero Agrónomo que tiene a su cargo todos los viñedos de Valle de Uco, quien sigue desgranando la historia.- » Arrancamos en el Fósil, un vino muy particular que incluso todavía hoy es un distinto. En el centro de la cata que estamos presentando vamos a pivotar sobre cuatro vinos en dos series: los blancos de paraje y los de finca. Ciertamente está San Pablo como perfil de IG en el Fósil y un espacio ultraespecífico como en Las Cuchillas como ejemplos de uno y otro estilo. Cierran un Botánico de Gualtallary Monasterio y un Semillón de Los Membrillos repitiendo la ecuación

Los vinos fueron probados en serie, siguiendo un concepto de lo general a lo particular, si se quiere. Empezamos por el Fósil, que se sigue destacando dentro del grupo. En esta cosecha 2023 vuelven a por su fueros los toques salinos, lo calcáreo y la acidez con tensión. Luego fue el turno del Botánico 2023, bien astringente y más austero pero con buen ancho de boca.

En el rubro Fincas arrancamos con este ejemplar 2022 de Las Cuchillas. Es un Chardonnay con tantas notas vegetales como cítricas y cierto mordiente y proviene de suelos medio-superficiales. Y finalmente un hijo dilecto de la celebrada Finca Los Membrillos. Mientras que en todos los otros vinos campeaba el Chardonnay aquí se dió un viraje para optar por el Semillón. Es el menos filoso de los cuatro, con notas elegantes de ají amarillo. Se fermentó en foudres y barricas de roble francés sin tostar (por si hiciera falta dar fe de que no se buscó la más mínima untuosidad) y se completó su crianza en esos mismo recipientes por dos años.

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