Valle de piedra

La tendencia mundial que valida el concepto de terroir de a poco comienza a permear también en la industria del vino argentino. Cuando ya es de todos aceptada la idea de las diversas expresiones varietales ahora parece llegar el momento de empezar a buscar reflejar la identidad de las tierras donde fructificaron tales uvas. En este tren de cambios la cuyana San Juan ya va quitándose el mote de productora a granel para empezar a poner en valor sus zonas de producción más exclusivas. Y todo esto viene a cuento de la última incorporación de Pyros, una bodega que da ejemplo de esta movida.

El Pyros Pedernal Valley Malbec-Cabernet 2023 es una novedad por partida doble: no sólo propone el primer bi-varietal de la escudería sino que también ofrece un cambio total del arte de etiqueta más el rebautismo de su línea Appelattion por Pedernal Valley. Además de probarlo tuvimos la oportunidad en exclusiva de intercambiar impresiones con José «Pepe» Galante, responsable enológico de la bodega.

«Respecto a este nuevo bi-varietal, me parece que en primera instancia hay que hablar de la tierra donde se cultivan las uvas. Me refiero al Valle de Pedernal, un valle con características propias que lo vuelven un lugar muy especial donde sus frutos presentan perfiles aromáticos y gustativos únicos. El Malbec fue el puntapié inicial y con el paso del tiempo y a medida que comenzábamos a entender el lugar empezaron a destacar otros varietales. El desarrollo del Cabernet Sauvignon fue una agradable sorpresa y maridarlo con el Malbec resultó algo tan natural como sublime. «

Estamos hablando de un assemblage con un 60% de Malbec del viñedo Pyros, plantado en 2008 a 1400 metros de altura, más un Cabernet Sauvignon de la Finca El Durazno del 2001, apenas unos pocos metros por debajo en la cota. Ambas comparten el perfil pedregoso típico de Pedernal, valga la aparente redundancia, además de su no menos característica amplitud térmica. Hay unas tres semanas entre la recolección de unos y otros (primero el Malbec, por supuesto) cosecha manual a primeras horas de la mañana, selección doble de racimo y de granos más fermentaciones por separado en tanque con levaduras indígenas. Finalmente se pasa todo a barricas para redondear el corte por seis meses.

El resultado es un vino elegante, fresco y con fruta negra fina y con el típico perfil best-buy al que nos tienen acostumbrados en la bodega.

«La experiencia vivida aquí– continúa el winemaker- ha sido algo muy enriquecedor tanto para mí como para todo mi equipo. Y en mi caso particular me retrotrae al desarrollo del Valle de Uco. Ambos son lugares con características únicas y diferentes, cada una en su estilo. Y en la Argentina tenemos muchos lugares similares. Sólo debemos tratar de ser fieles interpretes de cada uno de ellos

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