Simplemente vino

En un mundo como el del vino, donde la oferta no para de crecer y sofisticarse, la cantidad de opciones acaba por abrumar al más pintado. Por supuesto que probar ciertas botellas nos hacen devanar los sesos y terminar dejándonos permear por los puntajes de tal o cual medio especializado o la firma de un asesor estrella que a veces adornan la etiqueta.

 

Elegir entre ejemplares cuando uno decide probar algo especial puede ser engorroso. Pero nadie parece prestarle atención al problema del aficionado que, sencillamente, gusta de tomar una copa de vino con la cena diaria o con el asadito con los amigos. ¿Tiene que resignarse a lo que le ofrezca la góndola del chino o recurrir a una vinoteca donde la cosa seguramente se va a salir de presupuesto?

 

Ojo avisor con este grupo de consumo, dos amigos, a la sazón luengos conocedores del ámbito del vino crearon Topo Wines, un emprendimiento llamado a socorrerlos. Lo que hacen Andrés Belinsky y Juan Pablo Lupiañez  se parece al reconocido (en Europa al menos) oficio de marchand. Básicamente, conocedores del tema que recorren bodegas haciéndose de partidas que consideran interesantes y luego se encargan de vender por sus propios medios. «Nuestra propuesta– dice Andréspodríamos decir que es un poco, bastante, más humilde, dado que nosotros no añejamos ni hacemos cortes. Lo nuestro es buscar vinos que nos resultan interesantes, comprándolos a buen precio y consiguiendo una opción de vinos ricos, fáciles de tomar y que sirvan para una situación de consumo más del día a día

 

Se podría decir que dos son las características más distintivas de Topo Wines: un precio fijo por caja, que orilla el 50 % menos de lo que valdría en una vinoteca y una distribución exclusivamente por venta directa. «Al pertenecer a esta industria- cuenta Juan Pablosomos conscientes de la cadena que incrementa el precio de los vinos. Los valores de marketing, el paso por intermediarios como supermercados y vinotecas son dos componentes que ovbiamos con nuestro sistema de venta directa. Compramos el vino a granel y lo embotellamos bajo nuestra propia etiqueta, que sólo se va diferenciando por el número de lote. Salvo en los casos como los espumantes, que indefectiblemente son un poco más caros, vamos proveyendo a nuestros seguidores de partidas diferentes al mismo precio por caja. También tenemos un diferencial con, por ejemplo, un club de vinos. Allí al asociarse queda implícita la obligación de compra todo los meses. Aquí nosotros no hacemos más que ofrecer cada lote, con los comentarios del caso y a quien le interese se lo mandamos. Si quiere varias cajas perfecto. Y quizás por un tiempo esa persona no vuelva a comprar hasta que aparezca un lote que le interese.»

 

Este política de sólo avisar mediante su página es también otra manera de abaratar costos. Por eso fue muy inusual cuando Topo organizó una pequeña degustación de la mayoría de sus lotes para la prensa. Mas allá de hablar de cada uno, y de las propias preferencias, queda claro el espíritu de la propuesta y la consistencia de la misma. «Es importante que la gente que nos sigue confíe en nuestro gusto, en que los precios no tengan sorpresas y que nuestra logística a la hora de hacer que cada caja llegue a cualquier punto del país se cumpla– asegura AndrésNuestra reputación es nuestro capital más valioso. Si vas a recomendarle a alguien que tome tal vino sin que lo haya podido probar antes, tenés que ganarte su confianza.«